Historia del cine

Desde la década de las 70 las producciones de cine nicoleño formaron parte de la historia de la ciudad. Con la llegada de la era digital las realizaciones pasaron de ser solamente dedicadas para el vecino a ser reconocidas por todo el país.

El primer registro que tiene la ciudad fue un corto de Juan José Luciano que se llamaba “Matar a un niño” que duraba entre tres o cuatros minutos.

Luego en la época del proceso militar un grupo de jóvenes que se dedicaban a realizar películas

Gracias a este grupo y a la participación de varios festivales Under, San Nicolás dejo de ser solo conocida por el puerto y sus campos. Si no también por los artistas. caceras decidieron formar la organización ALEPH. Estaba compuesta por Ricardo Morteo, Luci Inda, Mirta Valentin, Fernando Di Rocco, Rodolfo Fernández Viña.

El primer largometraje de la ciudad y de ALEPH fue “La Trampa”, que además de ser grabada en la localidad nicoleña también tuvo tomas en Buenos Aires. Participó en el festival del Alto Valle de Chipoletti donde se llevaron el premio a la mejor película.

“El hombre del primer piso”, ambientada en 1928, fue proyectado en el Teatro Buenos Aires, y en complejo San Martin de capital federal. También grabaron “Felisa Felisa”, basada en un cuento de Truman Capote “Miriam” que habla sobre la histeria de la mujer.Después Filmaron “La Constante Caos” que se inauguro para los 40 aniversario de la Asociación Cultural Rumbo. “El día de la presentación hubo varios militares ya que con el nombre pensaron que iba a hablar sobre los acontecimientos que pasaba en la ciudad”, recordó Fernández Viña uno de los integrantes de ALEPH. Pero por miedo a ser perseguidos nunca tocaron temas actuales.

El último proyecto de ALEPH fue un cuento de Horacio Quiroga “A la deriva”, filmada en laminas de 16 milímetro. Pero quedo inconclusa ya que se mandaron a España los rollos para

revelar y por la Guerra de Malvinas las películas nunca volvieron al país.

Luego de esta gran perdida, la falta de apoyo del gobierno democrático el grupo se fue disolviendo; y la donación de su estudio para que se haga una escuela, el grupo ALEF se disolvió.

10 años sin producción

La llegada de la era digital, trajo en cierta manera posibilidades a todos aquellos estudiantes de cine y realizadores, que muchas veces vieron fracasar el entusiasmo, ante la no disponibilidad de tecnologías necesarias, como el celuloide por ejemplo (8mm, super 8, 16mm) o cámaras y demás elementos, para poder concretar una experiencia en este arte.
Las no tan recientes cámaras digitales, y las antiguas VHS, junto a la PC brindaron la posibilidad de domesticar el cine, y con ello democratizar esta expresión artística.

San Nicolás no ha dejado pasar por alto esta oportunidad, y son varias las producciones que poco a poco han ido haciendo la historia del cine nicoleño independiente.

Durante más de 10 años las producciones propias estuvieron paradas. Hasta el 8 de noviembre de 1996 que se estrena “Después del Sol”, de un joven de 20 años Lucas Giuggia, basada en la leyenda de la mancha de café.

En el 2000 junto a Román Lasalle y Diego Moliterno decidieron hacer una película con efectos especiales. Así nace “La Prueba” que se estreno en el 2003, que fue premiada en el Festival el Saladillo. Un año después de su lanzamiento fue cortada y pasada por el canal local en varios capítulos. Este logró que esta producción logro el primer y único Martin Fierro de la ciudad, a la ficción.

Además otros de los productores que ayudaron a formar la historia del cine nicoleño fue Nicolas Ballistreri quien en el año 2000 estreno “Un muerto sin dueño”. También en el 2006 realizó

“Un Plagio Angelical” y en el 2009 “Divina Obsesión”.

Nuevamente Lucas Giuggia hace historia junto a Marisa Sansalone realizan “Una Rosa Sobre el Piano” en el 2008. Una película que fue taquillera en la ciudad, fue vista por más de 2 mil personas. El autor decide ir a Instituto de Cinematografía Argentino para que vean las producciones que estaba realizando. Lo que logró que le dieran la posibilidad de pasarla por dos semanas en las sala Tita Merelo, convirtiéndose en la primera producción local en pasarse en sala de cine de Buenos Aires.

Esta dupla vuelva a trabajar juntos realizando “El Lapidario” guión de Sansalone, que se estreno este año. Fue premiada en el Festival el Saladillo, y en Festival el Inusual como mejor película, y mejor guión. Además participo en un festival en Bolivia donde participaron 8 películas nacionales entre las cuales estaba Revolución.

Cada vez son más las producciones nicoleñas y los artistas que apuestan a quedarse en la ciudad a realizar lo que más les gusta hacer. Tal vez sea por las nuevas tecnologías que lo permiten. Pero a pesar de la falta de apoyo político y económico, no bajan los brazos porque ven el entusiasmo de la gente de la ciudad que también se siente parte de las realizaciones.

Detrás de cada trabajo no sólo se ve al director sino a los actores que por amor a la actuación lo hace a pulmón, el dueño de un inmueble que lo presta para las locaciones, los museos y coleccionistas que dan cosas viejas, la vecina que presta su vieja ropa. Detrás de cada película se ve la unidad de una ciudad que abre las puertas a sus artistas.